Una delegación del PCE se ha acercado a la placa que las recuerda en La Almudena para homenajearlas, queriendo evitar cualquier aglomeración debido a la repercusión que siempre ha tenido este acto en Madrid.
Tan solo una pandemia mundial que ha provocado miles de muertos en España ha conseguido que el homenaje a las 13 Rosas, a 81 años de su fusilamiento en 1939, no sea multitudinario. Una «difícil» decisión tomada por el Partido Comunista de España (PCE) que ha decidido primar la salud de sus militantes frente al reconocimiento a estas mujeres asesinadas por el franquismo debido a su militancia en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Con todo y con ello, una delegación con ocho representantes del Partido y de sus Juventudes se han acercado a la placa del cementerio de La Almudena, muy cerca de donde les arrancaron la vida, llevando a cabo así una ofrenda floral, a la que se han acabado acercando en torno a tres decenas de individualidades, para «que sus nombres no se borren de la historia», parafraseando las últimas palabras de Julia Conesa, una de las ejecutadas.
Con ella, Carmen Barrero, Martina Barroso, Blanca Brisac, Pilar Bueno, Adelina García, Elena Gil, Virtudes González, Ana López, Joaquina López, Dionisia Manzanero, Victoria Muñoz y Luisa Rodríguez. Con ellas, 43 hombres más ejecutados la misma noche, en el mismo lugar, a los que ahora se recuerda con 43 claveles. «Estas personas dieron su vida por luchar contra el fascismo y por la libertad y la democracia, cosas que hoy en día cualquier persona defendería, por lo que entendemos que debería ser el propio Estado el que reivindicara estos valores como suyos para honrar a las víctimas como se merecen», explica Jorge Castaño, responsable de acción externa del PCE de Madrid y participante en el acto.
La ofrenda también ha contado con la participación de Tatiana Ruiz, militante comunista y activista por la memoria histórica. Así responde a por qué es importante reivindicar la memoria histórica: «Si ya cuesta que una parte de la historia se tenga en cuenta, si no hacemos este tipo de reconocimientos esa parte estaría olvidada por completo. Es una responsabilidad no solo para con las personas que dieron su vida por un Gobierno legítimo, sino con las generaciones del futuro, para que vean cómo de la dictadura, la Transición y la democracia solo hay una historia oficial y el resto está enterrada en archivos y cunetas».
La ultraderecha y las antifranquistas
Después de que el líder ultraderechista y concejal en Madrid Ortega Smith tildara a las fusiladas antifascistas de «asesinas» y «violadoras», el alcalde de la capital decidió quitar las placas que recordaban a todos y cada uno de los represaliados por el franquismo y cambiarla por una cita que iguala a asesinos y asesinados, según el PCE. Ahora, sin memorial en La Almudena, las asociaciones memorialistas esperan que algún día vuelva a su lugar. «Almeida, que ha hecho de poli bueno durante la crisis sanitaria, ha dado este golpe final que viene fraguando desde que la equidistancia es su guía, así que hubiera ocurrido lo mismo si no gobernara gracias a los votos de VOX», opina la militante memorialista.
En cuanto a las declaraciones del militante de VOX, «se dirigen a las 13 Rosas porque al final, el gran enemigo de VOX, curiosamente, es el mismo que el de Franco: el comunismo y el régimen de libertades y democracia que fue la II República en su momento», en palabras de Castaño.
Ruiz considera que la impunidad de la que gozan declaraciones como las de Ortega Smith es precisamente lo que le permite hacerlas. «Aquí el Franquismo sigue siendo legal y se puede decir cualquier barbaridad sin que pase nada», comenta la militante mientras Castaño apostilla que «la verdad legal siguen siendo lo que dictan las sentencias de los tribunales franquistas, porque no ha habido ninguna nulidad de aquel sistema».
Desde su punto de vista, habría que hacer un esfuerzo en huir del lugar común circunscrito a la concordia nacional: «La primera persona en buscar esa concordia fue el propio Franco, y aún hay gente que se empeña en seguirla buscando sin tener en cuenta qué piensa la otra parte damnificada. Podía ser una guerra entre hermanos, pero estaba claro que unos luchaban por defender un régimen de libertades y otros por la imposición de un régimen represivo».
El futuro del PCE y la actualidad
Alberto G., militante en la Unión de Jóvenes Comunistas de España (UJCE), considera que el juicio al que se enfrentaron las 13 Rosas fue sumarísimo, sin pruebas y con acusaciones infundadas, «tan solo por cuestiones meramente represivas, como sigue dándose hoy en día, salvando las distancias», en sus propios términos. Este militante de 25 años, que también ha participado en la ofrenda, narra la lucha que desempeñaban desde su colectivo: «Además de ser la organización juvenil del PCE y su escuela de cuadros, luchamos contra el régimen del 78, en lo político, y contra el propio capitalismo, en lo estructural. Queremos un sistema de vida digno que no niegue las condiciones de vida mínimas, como la imposibilidad de emanciparse en las grandes ciudades, o la promoción de un siesta de ocio alienante e individualista, como las casas de apuestas o el ocio consumista».
Por otra parte, la perspectiva memorialista está muy presente en la UJCE: «Hoy venimos aquí a reivindicar un ejemplo de lucha y determinación. Estas jóvenes, aun habiendo perdido la guerra, se mantuvieron firmes en las cárceles franquistas antes de morir», en los términos del joven comunista. Retrotrayendo la cuestión a la actualidad, y preguntada por el último movimiento del heredero directo del Franquismo, Ruiz se refiere así a la posibilidad que abre el abandono de España por parte de Juan Carlos I: «Creo que podemos estar más cerca de un proceso constituyente, aunque habrá que seguir peleando mucho por ello. Los medios de comunicación están tratando a Felipe VI igual que se trató a su padre, como el mayor demócrata donde los haya, así que soy consciente del trabajo que tenemos por delante. Al fin y al cabo, la realidad está para ser cambiada», concluye esta militante memorialista.
Fuente: El Diario