No es verdad
No es verdad, no, lo de caperucita no es un cuento,
es la mentira de la niña mentecata,
y la soledad de una abuela que imagina por el aburrimiento,
que no vivía en el bosque que vivía en el centro de la ciudad,
que el lobo era el caniche de la mamá de caperucita
que no era roja que era violeta,
por eso la bandera feminista que cruzaba calles y no bosques
que era una niña pija del barrio Salamanca,
que solo miraba por ella, como toda pija,
demasiado pija para llevar comida a su abuela,
que el leñador era el policía de tráfico.
Como nos han engañado durante todos estos años,
menos mal que fui a la biblioteca
y vi el libro “la verdadera historia de Caperucita”
escrita por un tal José María Aznar
y prologado por un tal Georges Bush,
esos sí que saben contar las historias de verdad
y no esos papanatas como Perrault
o ese sueco que ni su nombre se
y esa María Elena Walsh
que dice que la tortuga Manuelita de Pehuajó
se fue a París con su traje de malaquita
y que José María apunta que quería ser Caperucita
y el avión del doctor que la quiere vacunar.
Si es que estos cuentistas tienen mucho cuento.
José Mari el que escribe la verdadera historia de Caperucita
y de la tortuga Manuelita que su traje no era de malaquita sino de fieltro.
Anda ya, con esos cuentistas, que viva José Mari
Luis Gimeno Lopesino
06/02/2019