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Qué profecía: “En el horizonte

tampoco hay nada que hacer”,

y lo escribía el poeta

a las puertas del cielo

que prometía el maldito evangelio

que estrenaran los padres de la patria

como Constitución,

la maldita noticia que dejara a mi abuelo

otro siglo en la cuneta

junto a los compañeros, Pedro Rojas,

y el poeta.

¡EMASCULADOS SEÁIS LOS PADRES DE LA PATRIA!

 

Ameba, 2019/6/5

EL DÍA EN QUE EL SUPREMO SE DECLARÓ FRANQUISTA

05/06/2019

Este martes 4 de junio, a la democracia española se le han abierto un par de descosidos por los que hemos podido verle el relleno. Y también oler cómo la borra bajo las costuras ha ido fermentando hasta empaparlo todo. Probablemente, la ingente podredumbre franquista que va saliéndosele a nuestra democracia lo hace sencillamente porque cuando tienes un muerto debajo del colchón, la purulencia acaba goteando veneno y hediondez. Cuando los muertos se cuentan por decenas de miles ya es albañal.

De dos golpes de Estado se habló ayer en el Tribunal Supremo. Y de dos formas bien distintas. La Fiscalía defiende que lo sucedido en Catalunya ha sido un golpe de Estado, mientras el Supremo ha decidido legitimar el golpe de estado franquista.

Cuando la democracia apesta está enferma. Y en este caso, la infección vierte su pus a través del Poder Judicial. Mal asunto, pero al fin evidente.

El Alto Tribunal debía fallar este martes día 4 sobre la petición de la familia de Francisco Franco para que se paralizara la exhumación del dictador. Los poderes Legislativo y Ejecutivo ya habían ordenado el traslado de la momia del criminal. No obstante lo anterior, el Judicial decidió frenarlo. Lo que quede del tirano permanecerá por ahora en suelo público a mayor honra de sus asesinatos, torturas y robos. Descansará su carne seca en un lecho pagado por nosotras, por nosotros.

Hubo quien se sorprendió. Y sobre todo hubo quienes sintieron en sus carnes el mordisco de la injusticia. Como si no estuvieran ya acostumbrados, acostumbradas. Respeto y honras desde la Justicia al dictador que mandó reprimir, torturar y asesinar a sus madres, padres, abuelos, familiares, vecinos y vecinas. Respeto y honras desde la Justicia al criminal que fomentó el robo de las tierras y las propiedades y los hijos y las hijas de sus abuelos, de sus padres y madres. Que por lo tanto les condenó a la pobreza, al escarnio, la cárcel y el dolor, a la falta de estudios, a una vida peor para sus familias y sus descendientes, enriqueciendo a los criminales, enalteciendo el violación, destruyendo por décadas y décadas la idea de decencia como base social.

Sin embargo, lo peor de lo dictado ayer por la Justicia no reside, con toda su vileza y brutalidad, en el aplazamiento de la exhumación de la bestia, sino en el hecho de que el Tribunal Supremo se reconociera franquista. Ah, las costuras. Ah, la sentina.

Lo peor del escrito de ayer está en una sola línea. En ella se puede leer sobre Franco: “Jefe de Estado desde el 1 de octubre de 1936 hasta su fallecimiento”. Y no solo eso, sino que preguntados por algún medio de comunicación, se ratificaron en tal infamia.

Francisco Franco encabezó un golpe de Estado militar en julio de 1936 que provocó tres años de guerra civil y otros 40 de dictadura fascista. Los muertos se cuentan por centenares de miles. Más de 100.000 siguen en fosas comunes, para vergüenza de todos y cada uno de nosotros, de nosotras. Solo un puñado de golpistas malnacidos y asesinos reconocieron a Franco como Jefe de Estado en octubre de 1936. Ellos entonces y este martes, día 4 de junio de 2019, el Tribunal Supremo de España.

Como escribí hace nada, Juan Carlos juró como sucesor en la Jefatura de Estado con la siguiente frase: “Quiero expresar en primer lugar, que recibo de su excelencia el jefe del Estado, el generalísimo Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936”. Pues bien, dicha “legitimidad” quedó ayer avalada nada menos que por el Tribunal Supremo de España.

Mientras tanto, para mayor afrenta, la Fiscalía afirmaba que en Catalunya se acaba de dar, esta vez sí, un golpe de Estado.

Lo dicho, por algún lado tenía que reventársele a esta democracia la purulencia. Y el hedor resulta insoportable.

Fuente: Público

La consulta popular sobre república o monarquía toma impulso tras la retirada del rey Juan Carlos

República o Monarquía

La consulta popular sobre república o monarquía toma impulso tras la retirada del rey Juan Carlos

Hasta el momento, más de 100.000 personas han participado en las mesas instaladas en 23 barrios madrileños y en 18 universidades de todo el Estado. Ahora, se instalarán cerca de 100 mesas en el centro de la capital el 22 de junio para dar voz y extender el movimiento republicano, que podría cobrar más fuerza tras el anuncio de la retirada del rey emérito.

Los madrileños podrán participar en una nueva consulta popular sobre monarquía o república convocada para el 22 de junio. Para ello se instalarán cerca de 100 mesas en los barrios del centro de Madrid, como en Lavapiés, Malasaña, o en Plaza de España y El Retiro. La Confluencia de Iniciativas de Consultas Republicanas organiza esta iniciativa “porque decidir es un derecho fundamental”, según indican en un comunicado.

Luis Gimeno Lopesino, portavoz de la Asamblea de Leganés por la República, explica a Público que el objetivo principal es dar voz a una cuestión que ha estado enterrada durante mucho tiempo. “Estaba en la papelera, pero poco a poco las personas se interesan más y te preguntan por ello”, afirma Gimeno Lopesino, quien añade que aspiran “a extender el movimiento a nivel estatal”.

No son pocos los motivos por los que piden una consulta para que las instituciones realicen un referéndum con el fin de elegir el modelo de Estado. «No nos preguntaron en 1978, no nos preguntaron en 2014 -cuando fue coronado Felipe VI – y tampoco entra en sus planes hacerlo», indican en la nota de prensa. 

Fuente: Público

Fusilaron a mi padre, nos quitaron tierras y ahora, con 90 años, quieren que me calle

Carmen García Pellón, de 90 años, lo tiene grabado a fuego. Tenía apenas 8 cuando dos guardias y un alguacil tocaron la puerta de su casa. Venían a buscar a su padre, Mariano García Illazorza, en aquel momento concejal de Yesa (Navarra), labrador y miembro de la UGT. Se lo llevaron al cuartel. Esa misma noche, Carmen y su madre fueron a visitarle. Le llevaban cena y una boina. Lo vieron allí, junto a otras siete personas, encadenados por los pies a una mesa. «Dicen que nos llevan a declarar a Pamplona», les informó el padre. «Dale un beso a tu padre. No creo que lo vuelvas a ver», le dijo la madre a la pequeña Carmen.

Y así fue. La niña salió del cuartel con el llanto desconsolado. Esa misma noche una furgoneta recogió a los presos y se los llevó. A mitad de camino, en Monreal, los hicieron bajarse. Todos fueron fusilados. Sus restos aún yacen en la fosa común donde sus verdugos, en nombre de dios y de España, les dieron el tiro de gracia. Este otoño, sin embargo, la familia de Carmen tiene esperanzas en que, por fin, 83 años después, puedan sacarlos de allí y darles el enterramiento digno que merecen.

«Mi padre pudo haber escapado el día de antes. Un familiar vino a vernos con un taxi para llevárselo. Pero él dijo que se quedaba, que no había hecho nada mala. Dio igual. Lo mataron», cuenta Carmen a Público. Según el relato de esta mujer, después, los vencedores de la guerra se apropiarían de parte de sus tierras y también de otras comunales. Se quedarían, por ejemplo, con su pequeña corral y otras pequeñas propiedades. Uno de ellos es el abuelo del actual alcalde de la ciudad.

Este miércoles Carmen tuvo que comparecer en un juzgado de paz. No lo hacía para denunciar el asesinato de su padre ni la represión de la dictadura. Tampoco por las tierras que dice que eran de su propiedad y que ya no lo son. Lo hizo tras recibir una citación judicial. El alcalde de la localidad, Roberto Martínez, la llevó ante el juez para que se retractara de sus palabras, que señalaban al abuelo del regidor, Isidoro Martínez, alcalde franquista de la localidad, como uno de los que se apropiaron sus tierras. También pedía la retirada de un video de Youtube en el que Carmen contaba este episodio de su vida en una investigación de la profesora de instituto e investigadora Nekane Ruano. Pero Carmen rechazó retirar sus afirmaciones. Ella lo ha vivido. Sabe de qué habla.

La probable consecuencia de la decisión de Carmen es que el actual alcalde Roberto Martínez emprenda acciones judiciales contra ella, que pueden ser encaminadas por la vía civil, pero también por la penal. De momento, la familia desconoce la decisión del denunciante. Según estipula la ley, tiene hasta un año de plazo, desde la celebración del acto de conciliación, para formalizar la denuncia o la querella. Este periódico ha contactado con el Ayuntamiento de Yesa para recabar la versión del actual alcalde, pero no ha recibido respuesta.

El diario de Noticias de Navarra recoge en su versión de este jueves que el alcalde de Yesa hizo constar ante el juez que Carmen había acusado a su abuelo Isidoro Martínez de «haber robado todo lo que pudo, haber sido un ladrón, apropiarse de todos los terrenos del pueblo y haberse quedado con las tierras de los fusilados». La vecina, por contra, respondió con una relación de propiedades que le habrían quitado y pidió su restitución. El alcalde, por su parte, instó a la vecina de 90 años a demostrar sus palabras.

«Fusilaron a mi padre, nos quitaron tierras y ahora, con 90 años, quieren que me calle. Pero eso no va a pasar. Quieren que tenga la boca tapada y ya te digo que no. ¿Qué conciliación quiere? ¿Cómo me puede pedir que me calle? Se quedaron con tierras que no son suyas», insiste Carmen al otro lado del teléfono. También cuenta que a mediados de los 70 la familia hizo trámites para recuperar algunas de las propiedades y que algunas de las escrituras originales habían desaparecido durante esos trámites en el mismo Ayuntamiento. Carlos, el hijo de Carmen, detalla a este periódico que han ganado en la Justicia varios pleitos, pero que, de momento, nada ha cambiado en el municipio.

Ahora Carmen y Carlos esperan la decisión del alcalde. Si deja el asunto tal y como está o formaliza una demanda o querella. La mujer de 90 años dice contar con la seguridad de quien ha vivido todo el proceso y puede contarlo en primera persona. «No sabemos qué pasará a partir de ahora. Han querido callar y amedrentar a mi madre. Creían que con amenazas judiciales podrían coartarla. Pero se ratificó», zanja Carlos.

De momento, la contradicción es que ninguno de los implicados en el exterminio franquista en Navarra, con cerca de 3.400 asesinatos en la comunidad foral, ha tenido que acudir a los tribunales de justicia para dar explicaciones. Tampoco nadie ha tenido que explicar ni detallar la usurpación de bienes de las personas asesinadas, ni sus roles en, por ejemplo, el Tribunal de Incautación de Bienes, activo en Navarra desde noviembre de 1936. Sin embargo, Carmen sí que ha tenido que acudir ante la Justicia. Lo hace por dar cuenta con su testimonio de la magnitud de la represión y por señalar, con nombre y apellidos, a los que considera responsables de lo que ha sufrido.

La historiadora, investigadora y profesora de Instituto Nekane Ruano, que fue quien recabó el testimonio de Carmen en vídeo, destaca la importancia de este tipo de declaraciones para la necesaria labor de investigación histórica. La entrevista a esta mujer, de hecho, formaba parte de un proyecto de investigación que recopilaba testimonios de mujeres entre 1939 y 1945. «Esta clase de testimonios son claves. Es una fuente primaria. Nos aporta fechas y datos que nos permiten acudir a los archivos, consultar con otras fuentes y documentar este período de nuestra historia. Si se denuncian este tipo de testimonios también se impide hacer una labor investigadora», explica la profesora.

Ruano también señala que hay «muchos datos que permiten pensar» que en la zona hubo, además de una represión sangrienta, otra «económica». Pone como ejemplo otro caso, con diferentes protagonistas, que aparece, como en el caso de Carmen, en la obra Navarra 1936. De la esperanza al terror. Este es el fragmento de la obra que narra el episodio:

«El 5 de septiembre una nueva familia iba a quedar destrozada, posiblemente por móviles económicos. El matrimonio Francisca Alonso y Filemón Losantes, con tres hijos, habían arrendado unas tierras que según testimonios, codiciaban otros. A Gregorio Alonso, hermano de Francisca y ganadero bien situado, le quitaron el rebaño y la carnicería. Se los llevaron a los tres, (Francisca en camisón), al otro lado del Ebro y en el término de Recuenco de Calahorra, los fusilaron. Francisca quedó malherida y arrastrándose dos kilómetros llegó hasta el corral de Ontano donde pidió ayuda. En vez de hacerlo fueron a dar parte y volvieron a rematarla. A Amancio Alonso, hermano menor de los anteriores, lo fusilaron en Zaragoza al día siguiente. Había estudiado para fraile y ejercía de maestro».

La mencionada contradicción se asemeja también a la reciente sentencia judicial que condena a Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía, a pagar 5.000 euros a los descendientes del exministro franquista José Utrera Molina por escribir en redes sociales el exministro era uno de los «responsables» del asesinato a garrote vil de Salvador Puig Antich. Nadie ha tenido que rendir cuentas ante la Justicia por los crímenes del franquismo pero sí se piden explicaciones judiciales a aquellos que señalan la represión franquista con nombres y apellidos.

Fuente: Público