Fosa de La Algaba: no hay fusilados, todos murieron de hambre y frío en un campo de exterminio franquista en Sevilla

La represión del campo de Las Arenas fue terrible: ninguna de las víctimas, que serán exhumadas, tenía orificios de bala.

Trabajos en el campo de las Arenas.

«Restos de los cadáveres enterrados sin cajas, hacinados y sepultados como animales. Aterra ver las fotografías de lo ocurrido» aquellos días de posguerra. En Andalucía se construyeron más de medio centenar de campos de concentración para el trabajo esclavo de presos políticos. Muchos vivieron en las peores condiciones de trabajo, higiene y hacinamiento. Sin embargo poco se conoce de uno en particular, un campo de exterminio, ubicado en el municipio de la Algaba (Sevilla), conocido como las Arenas, que comienza esta semana los trabajos de exhumación de sus 144 víctimas.

Sus presos eran «mendigos» reincidentes «tratados como presos políticos en la dictadura franquista en la medida que las autoridades los encarcelaban y actuaban las autoridades de los vencedores nunca Tribunales de Justicia». María Victoria Fernández Luceño, historiadora experta en este campo señala a Público que aquellos reclusos «no los castigaban y encerraban por delincuentes sino por su forma de vida». No se puede decir a medias tintas. Era lo que se conocía en la Alemania Nazi como un campo exterminio.

Luceño afirma con rotundidad que «en los documentos del Archivo Municipal [se refleja] que el médico informó de que no le dejaban el régimen hospitalario a los enfermos necesitados de cuidados especiales. Tampoco que fueran hospitalizados». Todos murieron entre agosto de 1941 y diciembre de 1942. En la fosa de las Arenas hay 144 víctimas de varias nacionalidades, entre ellos algún portugués y otro argelino.

Juana González nunca conoció a su tío, Juan Luis Monge, pero sí el dolor de por vida de su abuela que nunca olvidó «como a su niño se lo llevaron en un coche desde Chucena, Huelva, y nunca más se supo de su paradero». Francisca, abuela de Juana, intentaría en aquellos años del hambre conocer, descifrar dónde estaba. «Sabía que el alcalde franquista que llegó después de la guerra había dado la orden de quitarlo de en medio. No hacía daño a nadie, pero tenía una discapacidad intelectual y no tuvieron piedad», aclara Juana a Público.
Juan Luis paseaba por las calles del pueblo. «Se paraba con las vecinas, a veces se sentaba con ellas, pero aquello que hicieron no tuvo nombre y era imposible en aquellos días de la dictadura meterse a investigar». Juan Luis tenía 18 años y murió en el campo de las Arenas el 7 de mayo de 1942.

La misma edad tenía Manuel Pereira Buzón, natural de San Pedro de Ancorados, en Pontevedra, cuando muere en el campo de las Arenas sin conocer qué ocurrió en su viaje a Cádiz, donde quería embarcarse en busca de una vida mejor. Fina destaca a Público que «Manuel era su tío por parte de padre. Sabemos que se marchó muy joven para irse a Cádiz. No sabemos bien qué ocurrió en aquel viaje, dónde acabó y menos las circunstancias que lo llevaron a aquel campo» en el que murió el 14 de julio de 1942.

Gracias a la Asociación Comarcal Pro Memoria Democrática Vega Media del Guadalquivir se han logrado rescatar a algunos familiares, pero sin apenas datos de aquel proceso ni qué ocurrió para morir en las peores infecciones en aquel campo de muerte. «Ha sido y sigue siendo un trabajo muy complicado, porque han pasado muchos años y por las especiales circunstancias personales en que vivían muchas de las víctimas del campo de exterminio», destaca Celestino Sánchez-Espuelas Gutiérrez, secretario de la Asociación. «Nos hemos tenido que poner en contacto con los ayuntamientos de procedencia de las víctimas, comunicarles los datos de que disponíamos de las personas fallecidas y si nos podían aportar información sobre posibles familiares».

La Asociación no ha podido rescatar muchos datos por la falta de contacto entre unas generaciones y otras, pero es real que cuando conocen la historia «les impresiona cuando se enteran de las circunstancias en que fallecieron de hambre, frío, enfermedad y faltos de cuidados».

Gracias a los registros civiles, donde están identificadas las víctimas, se ha podido conocer por ejemplo como el tío de Juana acabó en el campo de exterminio y murió el 7 de mayo de 1942 de tifus exantemático. «Cosas así te impresionan y te sobrecogen, pero te dan ánimos para seguir trabajando en la recuperación de la memoria y de dignificación de las víctimas».

Juan Manuel Guijo, arqueólogo encargado de la localización, exhumación e identificación de víctimas en el campo de las Arenas, señala a Público que «los reclusos de Las Arenas representarían en la mayor parte de los casos un grupo humano muy dañado por la enfermedad y el hambre antes de su realojo».

El equipo evidencia cómo va a encontrar «esqueletos que no deben tener muchas afecciones por violencia directa dado que las víctimas sufrieron un total abandono hasta que su resistencia por la enfermedad o el hambre se quebró». Al estar muchas de estas personas vinculadas a la marginalidad, muchos de los daños que presenten se podrían deber a esas etapas anteriores. «Posiblemente nos podamos encontrar a un grupo humano terriblemente castigado. Desconocemos si en el encierro sufrieron además otro tipo de malos tratos» concluye Guijo.

Es relevante conocer «procesos infecciosos, traumas, repercusión del hambre y otras evidencias que permitan ver un deterioro físico». En ninguno de los casos se encontrarán orificios de salida ni fusilados, como ocurre en la mayoría de fosas.

La necesidad de este trabajo en su primera fase se centrará en «exhumar todo lo posible, pero tendrá que haber otra si el depósito se conserva razonablemente bien». El objetivo esencial además de exhumar lo posible es evaluar la cantidad de sujetos que se pueden encontrar allí. «Deberían ser unos 144, pero la actividad funeraria del espacio puede haber provocado daños», señala el informe arqueológico previo.

Vestigios y restos en el campo de las Arenas.

Es imprescindible que la ciudadanía conozca que fueron las «autoridades sevillanas, gobierno civil y ayuntamiento las que hicieron desaparecer a la población molesta de los pobres vencidos en la guerra civil», señala la investigadora Luceño. Más de 140 hombres de distintas edades que en unos diez meses «fueron encerrados en un terreno con vallas y personal de vigilancia para que no escaparan y así fueron condenados a morir de frío, hambre y enfermedades«.

Santiago Benítez Castro, hermano de abuelo Francisco Benítez Castro, se encuentra entre las víctimas. Ignacio Benítez, catedrático de la Universidad de Jaén, señala: «Me he enterado hace poco y me encuentro consternado por la noticia. Si sabían algo, nunca lo dijeron», aclara. Es la radiografía de la represión: silenciar el rastro y no dejar que nunca las historias pudieran salir a la luz. «Ambos nacieron en Alhama de Granada. pero primero vino la guerra y luego la posguerra, donde con el miedo y la ruina no se podía hablar». Su tío Santiago Benítez parece que no tenía pareja ni hijos.

«Si algún hermano sabía algo de su vida se lo llevó al otro mundo» De forma que cayó en el olvido. Ignacio señala a Público que «este campo de exterminio, como así fue, es un ejemplo de las barbaridades que se practicaron en la aplicación de la ley de vagos y maleantes, que consideraba cómo peligroso a estos méndigos» que pasaron las peores situaciones de carestía y que hoy «merecen recuperar su dignidad como seres humanos».

El 31 de mayo de 1949 fallece Fernando de los Ríos, político español (n. 1879).

El 31 de mayo de 1949 fallece Fernando de los Ríos, político español (n. 1879).

Fernando de los Ríos Urruti (Ronda, 8 de diciembre de 1879-Nueva York, 31 de mayo de 1949) fue un político, dirigente e ideólogo socialista español. Es considerado una de las figuras más relevantes del pensamiento socialista español, destacando su propuesta de un socialismo humanista, desde una perspectiva reformista y norevolucionaria y dentro del marco político de la democracia liberal burguesa. [cita requerida]

Biografía[editar]

Formación y primeros años[editar]

Nació en Ronda el 8 de diciembre de 1879.1​ Huérfano a los cuatro años, realizó los estudios de bachillerato enCórdoba. Tras finalizar dichos estudios, su familia se estableció, en 1895, en Madrid, donde el joven Fernando de los Ríos continuó sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, dirigida por su tío Francisco Giner de los Ríos.

En la capital de España realizó los estudios de Derecho obteniendo la licenciatura en 1901, tras lo que comenzó su labor como profesor en la Institución Libre de Enseñanza. Después de doctorarse en 1907, obtuvo en 1911 la cátedra en la Universidad de Granada, donde fue profesor del más tarde poeta y dramaturgo Federico García Lorca, con quien mantuvo una estrecha amistad.

Militante socialista[editar]

En 1919 se afilió al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y participó como candidato en las elecciones de ese mismo año, resultando elegido diputado por la circunscripción de Granada. En el congreso extraordinario de 1920fue elegido miembro de la Comisión Ejecutiva del PSOE y comisionado junto con Daniel Anguiano para viajar a laUnión Soviética, para ver las posibilidades de ingreso del partido en la Tercera Internacional. Durante su entrevista con Lenin, De los Ríos le preguntó cuándo permitiría su gobierno la libertad de los ciudadanos. Según el relato de De los Ríos, Lenin habría rematado una extensa respuesta cuestionando “¿Libertad para qué?”.2​ Fernando de los Ríos habría deducido de esta respuesta que se produciría una deriva totalitaria de la Revolución Soviética. Por ello, en el siguiente congreso extraordinario del PSOE, De los Ríos se opuso al ingreso del partido en la citada Internacional. Esto provocaría la posterior escisión de un sector pequeño del partido que habría de fundar el Partido Comunista de España.

En 1923 fue elegido nuevamente diputado a Cortes, en esta ocasión por la circunscripción de Madrid.

Desde 1926 perteneció a la masonería, afiliado a la logia Alhambra de Granada, del Gran Oriente Español, adoptando como nombre simbólico Jugan. Fue elegido entre 1927 y 1929 como representante de la Gran Logia Regional del Mediodía en las sucesivas asambleas anuales del Gran Oriente Español.[cita requerida]

Fue testigo de excepción del golpe militar del general Miguel Primo de Rivera en 1923. Inmediatamente, y en contra de la opinión de la corriente sindicalista del PSOE, se opuso a la colaboración con la dictadura militar.

Fernando de los Ríos, que fue en 1927 uno de los seis socialistas nombrados como miembros de la Asamblea Nacional Consultiva de la dictadura rechazó, como los otros cinco, tomar posesión de dicho cargo.3

Universidad de Columbia[editar]

En junio de 1929, De los Ríos sale para Nueva York para una estancia de un año. Ya en la primavera de ese año, Fernando de los Ríos acuerda con el padre de Federico García Lorca que el joven poeta le acompañara a laUniversidad de Columbia (Nueva York), donde tendría la oportunidad de aprender inglés y cambiar de aires. Se sabe que embarcaron en el Olympic —buque hermano del malogrado Titanic— a principios de junio de 1929 y arribaron el 26 de junio a la Gran Manzana.4

Ministro de la Segunda República[editar]

Participó en el Pacto de San Sebastián de 1930, que desembocó en la fracasada Sublevación de Jaca, un golpe de Estado que pretendía la proclamación por la fuerza militar de la Segunda República Española, lo que supuso su encarcelamiento.

Fue liberado justo antes de la proclamación de la Segunda República Española y, tras ser ésta proclamada, participó en las elecciones que se celebraron en junio, siendo elegido nuevamente por Granada y pasando a formar parte, como ministro de Justicia, del Gobierno provisional que entre el 14 de abril y el 14 de octubreformó Niceto Alcalá Zamora. Cartera que ocupará nuevamente entre el 14 de octubre y el 16 de diciembre de 1931 en el primer Gobierno del Bienio reformista bajo la presidencia de Manuel Azaña.

En el debate de totalidad del proyecto de Constitución fue el portavoz del grupo parlamentario socialista.5​ Hacia el principio de su intervención en apoyo del proyecto afirmó:

En una autocracia, la desobediencia es un deber; en una democracia, la obediencia es una necesidad

Y a continuación justificó uno de los puntos más polémicos del proyecto, la “socialización” de la propiedad:

Allá donde las fuerzas económicas son potentes, estructuradas en “trusts“, “cartels“, “concerns“, sindicatos de industrias, etc., no hay posibilidad de garantía para la libertad política. (…) “Economía libre” quiere decir “hombre esclavo” y, en cambio, una economía sojuzgada y sometida es lo único que hace posible una verdadera posición de libertad para el hombre. Y eso es lo que nosotros representamos; vamos hacia una economía planificada, hacia una economía sojuzgada, hacia una economía sometida, hacia una economía disciplinada y subordinada al interés público. (…) La economía tiene que organizarse de un modo público, y los órganos de gestión de esa Economía habrán de ser los Sindicatos; Sindicatos en los que estén verticalmente contenidos todos los elementos que los constituyen, desde el técnico gestor hasta el obrero; pero el Sindicato, en nuestra concepción, es esto, no más, pero tampoco menos: es el órgano de gestión de la economía supeditado a intereses de carácter público. Aquí comienza nuestra discrepancia teórica con el sindicalismo. (…) La República ha venido por un hambre de justicia que existía en España y para satisfacer ese hambre de justicia

Fernando de los Ríos también tuvo un destacado protagonismo en el debate de los artículos sobre religión, familia y enseñanza celebrado entre 8 y el 13 de octubre de 1931, ya que fue el encargado de abrirlo, como Ministro de Justicia, aunque sin representar ni al Gobierno Provisional ni al grupo parlamentario socialista, y desde el punto de vista de una persona que “ha vivido siempre dentro del grupo minoritario que ha sufrido en la carne de su espíritu la persecución”. En primer lugar defendió la libertad de cultos y la secularización del Estado que eran los dos principios que habían guiado la política religiosa del Gobierno Provisional:

El Estado no puede solicitar del hombre ni emociones, ni sentimientos, ni creencias, y es, sin embargo, en el reino de la emoción, del sentimiento y de la creencia donde viven la fe y la confesión. Por eso, ante el dintel de la fe… el Estado no es que no puede, es que debe mantenerse alejado y neutral; es decir, el Estado tiene que ser aconfesional

Partiendo del principio de la aconfesionalidad del Estado se opuso a otorgar a la Iglesia el estatus de Corporación de Derecho público, porque ésta no puede existir más que dentro del Estado, y “separar la Iglesia del Estado lleva consigo que el Estado ni colabore en la realización de los fines de la Iglesia, ni la ayude, ni la proteja sino que la deje en libertad internamente. No más; nada menos, tampoco”. Preconizó en su lugar alcanzar un “modus vivendi” con la Iglesia Católica, “de igual suerte que la hubo con Francia en 1924”, partiendo del hecho de “que el problema religioso, incluso en su aspecto externo, el problema eclesiástico, es el problema más íntimo, más profundo que hay en la vida española”. Acabó su discurso dirigiéndose a los católicos de la Cámara en nombre de “nosotros losheterodoxos españoles” a los que la Iglesia Católica les ha hecho “constante objeto de las más hondas vejaciones”:6

Voy, pues, a pediros -os lo ruego- que tengáis mucho cuidado con las palabras que pronunciéis: no renovéis nuestro dolor, no toquéis tambores de guerra, porque en la guerra fuisteis y sereis siempre vencidos en nombre de la emoción liberal española. Y a nosotros, señores Diputados, que el limo del dolor que en el fondo de nuestra alma sea un limo que no nos inspire resentimiento, que es ponzoña e incapacidad para elaborar una norma de respeto, como exige el principio de la libertad; seamos sentidos, no resentidos. Hemos, desgraciadamente, carecido de nuestro edicto de Nantes, de nuestro edicto de paz religiosa. Siempre es hora. ¡Ojalá que esta hora se aproveche, en nombre de los intereses históricos permanentes de nuestra República y de esta nuestra Patria española, tierra profundamente dramática y que hoy vive angustiada por la esperanza!

Tras la aprobación, el 9 de diciembre de 1931, del nuevo texto constitucional, De los Ríos volverá a formar parte del nuevo gobierno, nuevamente bajo la presidencia de Manuel Azaña, ocupando la cartera de Instrucción Pública y Bellas Artes hasta el 12 de junio de 1933 en que pasó a ocupar la cartera de Estado que mantuvo hasta la dimisión, el 12 de septiembre de ese mismo año, de Manuel Azaña y la elección de un nuevo gobierno bajo la presidencia de Alejandro Lerroux.

Fue nuevamente elegido diputado por la circunscripción de Granada en las elecciones de 1933.

En las Elecciones generales de España de 1936 fue candidato por el Partido Socialista Obrero Español obteniendo el acta de diputado por la provincia de Granadacon 99 749 votos. La votación fue anulada por la Comisión de Actas y repetida el 3 de mayo de 1936 obteniendo 224 498 votos de un total de 260 448.7

Embajador[editar]

Cuando estalló la Guerra Civil se encontraba en Ginebra visitando a Pablo de Azcárate, que era secretario general adjunto de la Sociedad de Naciones. Ambos se desplazaron a reorganizar la embajada española en Francia, de la que De los Ríos se hizo cargo hasta la toma de posesión de Álvaro de Albornoz.

Entre el 31 de agosto y el 5 de octubre de 1936 ejerció de rector de la Universidad de Madrid, que durante la guerra se vería obligada a trasladarse a Valencia.8​ Posteriormente fue nombrado embajador en los Estados Unidos, permaneciendo al frente de la legación republicana hasta el final de la guerra en 1939, pasando entonces a ejercer como profesor en la New School for Social Research de Nueva York, ciudad en la que fijó su residencia hasta su muerte.

La depuración como catedrático por el bando franquista, sin lugar a proceso contradictorio alguno, se produjo mediante Orden Ministerial en febrero de 1939, junto a otros catedráticos:

31 de mayo de 1937 El bombardeo de Almería: el día que los nazis se cebaron con los andaluces

UNA REPRESALIA OLVIDADA

El bombardeo de Almería: el día que los nazis se cebaron con los andaluces

A las 7:29 del 31 de mayo de 1937, la Armada nazi cometió una de sus grandes tropelías en el puerto de Almería, tras un fuerte enfado del mismísimo führer

placeholder Foto: El acozado Scheer, fondeado en Gibraltar. (CC)
El acozado Scheer, fondeado en Gibraltar. (CC)

Abierta ya la mañana, una escuadrilla de rápidos bombarderosrepublicanos Tupolev, los llamados Katiuska, tripulados por pilotos soviéticos, partió de la base de Los Alcázares, en Murcia, y bombardeó con acertada precisión un gran buque de guerra fondeado en el antepuerto de Ibiza. Los aviadores afirmarían a su vuelta haber atacado a uno de los mayores barcos de guerra franquistas, probablemente al crucero Canarias. Un error de apreciación por parte de la fuerza aérea republicana degeneró en una escalada de represalias por parte alemana, que pudieron llegar a convertirseen una mayor implicación, más allá de los suministros que aportaban regularmente a las fuerzas golpistas. La duda estaba presente en toda su lacerante incertidumbre. Alemania podría entrometerse más a fondo en la Guerra Civil española.

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El barcoen cuestión se trataba de un acorazado de bolsillo alemán, el Deutschland, que incumplía la normativa del Comité de No Intervención de permanecer a un mínimo de diez millas de la costa española. La nave resultaría seriamente averiada por las bombas de cien kilos de estos fiables aviones rusos, y sus expertos pilotosse aplicarían a fondo en el ataque registrándosemás de treinta muertos y setenta heridos entre sus tripulantes, casi todos ellos en el momento del ataque, reunidos en el comedor.

Hitler estaba colérico por esta ofensa y su primera intención fue bombardear el puerto de Valencia (capital provisional de la república) como represalia, pero los gerifaltesnazis le convencerían para que el ataque fuera sobre un puerto de menor relevancia. Se tomóentonces la decisión de que el crucero de bolsillo Almirante Scheer y cuatro destructores de última generación, el Albatros, Luchs, Seedler y Leopard bombardearanel prácticamente indefensopuerto de Almería.

Una inmisericorde sesión de horror

Había un gran trajín de buques de la Kriegsmarine alemana en el Mar Mediterráneo enmisiones de apoyo de suministros al bando sublevado, por lo que no fue difícil reunir una fuerza naval apropiada para atacar a la ya debilitada república. A los citados buques se les ordenó dirigirse a su objetivo, para lo quese situaron ante Almería poco después del amanecer del 31 de mayo de 1937. Una sesión de horror aplicaría el Gran Lobo Feroz a la indefensa población andaluza.

El inmisericorde bombardeo alemán empezó a las 7:29 de ese día, abriendo fuego contra las baterías de costa, el puerto y susinstalacionesy cualquier barco que se encontrase dentro de él o en la bahía. Más de 200 rondas de proyectiles sembraban, con su mensaje de muerte,incendios por doquier. El bombardeo de Almería por la flota alemana se saldó con medio centenar de muertos, 55 heridos y mas de cincuenta edificios destruidos. Al contrario de lo sucedidosemanas antes en Guernica, con la Legión Cóndor, los buques alemanes en ningún momento ocultaron su nacionalidad, ni pretendieron actuar como apoyo subordinado a los golpistas, sino como fuerza naval independientedel mando de los llamados “nacionales”.

Este hecho de armas contra la población civil sería muy contestado en su momento por la vesania aplicada en él. Pero la realidad era otra, Francia e Inglaterra no estabanpara sobresaltos y elevarían unas quejas diplomáticas muy descafeinadas. Quiso la “providencia” que la cosa no fuera a mayores.

En aquellos duros momentospara la república, tanto el ministro de Defensa como el laureado coronel (y más tarde general), Vicente Rojo, eran partidarios de lanzar un órdago a la grandey pisar el acelerador dando una respuesta contundente a los alemanes. Rojo y sus colaboradores acatarían con disciplina, no exenta de decepción, la decisión del consejo de ministros en elque se perdería una ocasión única para los intereses republicanos. Negrín, Azaña, los comunistas (por intereses obvios) y los nacionalistas, votarían en contra de esta huida hacia adelante. Aun a sabiendas de su manifiesta inferioridad pero con una clara inspiración estratégica, buscabanla implicación de Francia e Inglaterra, lo que de haber ocurrido, habría dado un aliento de esperanza a un país en llamas, colocándonos al lado de las democracias más desarrolladas.

Lamentablemente no fue así, y una largay asfixiante noche de cuarenta años nos privó de la necesaria luz para estar entre las naciones más avanzadas.

Las autoridades republicanas, ante la avalancha de refugiados procedentes de Málaga (alrededor de 150.000), fugitivos de la miseria y del hambre que pare el mal vientre de la guerra, del constante asedio de la aviación alemana que por aire machacabaa aquellos huérfanos de un Diós ajeno a su sufrimiento, con los barcos italianos y la marina de guerra franquista ametrallándolos sin concesionesy los repetidos bombardeos de la ciudad, por otra partesin ningún valor estratégico, pero al tiempo muy vulnerable, decidieron construir bajo la dirección del arquitecto Guillermo Langleuna larga red de túneles para proteger a la población. Todas las fuerzas políticas, sindicales, civiles y militares, se volcaron en la construcción de los cuatro kilómetros y medio financiados íntegramente por el Banco de Bilbao que adelantódos millones de pesetas para la compra de materiales y el pago de algunos jornales, cantidad jamás recuperada dada la quiebra permanente del gobierno. Cuatrocientas toneladas de cemento y miles de voluntarios operaron el milagroque a su conclusión podría albergar en condiciones razonableshasta 35.000 personas, aproximadamente la mitad de la población almeriense, si incluimos la población flotante del momento.

Almería sería bombardeada indiscriminadamente hasta en 52 ocasiones por no haber secundado la sublevación franquista. La defensas soterradas, hoy restauradas, son un estremecedor recordatorio y una obra casi faraónica, excavada a una profundidad media de 10 metros, con 67 accesos, almacenes y un hospital perfectamente equipado, básicamente, una obra diseñada para espantar el horror. Su muñidor,el arquitecto Langle tomaría la decisión de llevar a cabo esta colosal construcción, tras rescatar de los escombros del primer bombardeo de la ciudad, los restos de una famélica madre embarazada de otra vida truncada, una niña que al parecer se iba a llamar Paz. Toda una ironía.

la vivienda es un derecho social, no especulación

Queridos vecinos de Leganés:
Desde la Asamblea de Leganés por la República, queremos mostrar nuestro apoyo a todas las medidas, de carácter social, impulsadas por cualquier Ayuntamiento así como cualquier organización o asociación vecinal.
El día 11 de Abril de 2021, a las 12:00, se volvió a producir una concentración impulsada por los que defienden los privilegios de unos pocos a costa de los derechos de la mayoría, se vuelve a retorcer la palabra libertad para transformarla en el libertinaje de una minoría…
Desde esta organización mostramos nuestro rechazo, tanto a las concentraciones contaminantes de humo y ruido, como a las falsas soflamas de libertad a costa de derechos y conquistas sociales de la mayoría.
Nos mostramos totalmente en contra de la reivindicación producida por unos pocos vecinos de los barrios de La Solagua y Poza del Agua, en contra que se construyan viviendas con carácter social, que no “viviendas sociales”.
Asamblea de Leganés por la República

ENTREVISTA A SALVADOR AMOR

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REPASAMOS SU TRAYECTORIA MUSICAL EN LA PANDEMIA, HABLAMOS DE EL MOVIMIENTO REPUBLICANO, LA COYUNTURA POLITICA Y COMO NO, LAS ELECCIONES DE MADRID

Recordando a mi amigo y camarada Manolo «El Gallego»

MANOLO VÁZQUEZ NAVEIRA

ESTE ES TAMBIÉN EL HOMENAJE QUE LA ASAMBLEA DE LEGANÉS POR LA REPÚBLICA QUIERE HACER A MANOLO VÁZQUEZ NAVEIRA, COLABORÓ CON NOSOTROS EDITANDO VÍDEOS AL COMIENZO DE NUESTRA ASAMBLEA Y SIEMPRE ESTUVO BIEN DISPUESTO CUANDO LE PEDÍAMOS ALGUNA AYUDA, NO LO OLVIDAREMOS NUNCA, Y MANDAR TAMBIÉN A SU INSEPARABLE COMPAÑERA ISABEL TODO NUESTRO AFECTO Y CARIÑO

Le conocí en La Kasa local de la Avenida de la Albufera nº 3 que ocupamos diferentes asociaciones del barrio expulsando a la decadente y residual organización franquista (OJE –Organización Juvenil Española). Él no hacía mucho que había vuelto de una larga estancia en Nicaragua, donde trabajó en la enseñanza junto con su inseparable compañera Isabel y donde tuvieron a lo que más amaron: su descendencia; ahora ampliada a la descendencia de su descendencia, sus nietos y nietas. Quizá por ese apego a esa bella tierra, formaron junto a otros compañeros/as el COSAL (Comité de Solidaridad con América Latina de Vallecas) que se reunían en el Local antes citado y donde me reunía yo también en un grupo hermano, el Comité Anti-OTAN, después de las reuniones coincidíamos justo debajo en el bar Santander e intercambiábamos puntos de vista, acciones comunes o si se necesitaba de apoyo en algunas de las muchas actividades que planeábamos en el barrio. No solo de estas dos asociaciones sino en general, era un tiempo de ebullición de reivindicaciones en el barrio y de apoyo mutuo de las asociaciones. La Kasa no solo era un espacio de reunión de cada grupo, todos aportábamos y nos entrelazábamos: el grupo de montaña, el de mujeres, la biblioteca, la radio, el taller de teatro, el de objeción de conciencia… De este entrañable local salieron muchas cosas, el Vallecas con K, la Batalla Naval, Radio Vallekas, luchas antifascistas, feministas, de vivienda, de solidaridad con presos, de la insumisión, de solidaridad con el pueblo vasco, con los despedidos/as, contra la homofobia, piquetes para las huelgas, ocupaciones reivindicativas en la junta municipal, las marchas a Torrejón… Incluso una performance de bombardeo nuclear en la Avenida de la Albufera…. Se resumiría todo este ambiente en: todos en todas y a la inversa.

Recordar la vida de Manolo es hacer un recorrido por las luchas del barrio, pues siempre estuvo donde quería estar en primera fila de la solidaridad, en la causa de los desfavorecidos/as, la de la clase obrera.

Como enseñante, al oscurecer, si era menester, nos reunía a un pequeño círculo de máxima confianza, para denunciar mediante pintadas, pancartas… algún ataque a la enseñanza pública en el barrio que favoreciera a la privada o la solidaridad con alguna otra enseñante acosada o represaliada laboralmente. Acompañado de charlas, en las fiestas populares de los diferentes barrios de Vallekas siempre había un rinconcito solidario, donde el Gallego, junto a sus compas del COSAL te servían un excelente mojito para sacar un pequeño beneficio económico (comparado con el curro que conllevaba) que lo convertían en alta rentabilidad solidaria con los pueblos del mundo en lucha, y daban a conocer a los vecinos los movimientos revolucionarios, interconectando de alguna forma a los obreros y obreras de diferentes lugares del planeta. Incluso llegaron a hermanar este barrio con otros barrios populares de diferentes hemisferios.

También hubo espacio para tertulias de un sinfín de temas en otro sinfín de lugares, ya casi todos desaparecidos: Vientos, la Panata… Y no solo por el placer de debatir, que también, sino preguntándonos al final y …¿Qué hacemos?

Después nos trasladamos al centro también ocupado Pablo Neruda donde seguimos compartiendo este espacio lleno de buenas vibraciones, donde compartimos nuevas y antiguas experiencias y luchas con algunas compañeras/os que ya nos conocíamos de la Kasa y una infinidad de gente joven que estaba creando una nueva cultura, una nueva forma de relacionarse, de no resignarse a vivir un futuro ya predeterminado por las malas costumbres de gobernantes e instituciones. El intento de cambiar el mundo y hacerlo más justo socialmente, iba parejo al cambio personal, es una época de conciertos, teatro, gimnasia, pintura, poesía, lecturas, salidas al campo, espeleología, jardinería, huerto social y, como no podría ser de otra forma, asamblea de parados, taller gastronómico, infraestructura para vagabundos, un círculo obrero, solidaridad con los presos políticos, espacio antirracista y antihomófobo, y como era algo vivo también de amores y desamores. Incluso de ahí salió una excelente revista comic La kalle, es lo que podíamos llamar, nuestra movida no comercial de Vallekas.

Como todo lo que tiene luces, también tiene sombras, no a toda la izquierda del barrio le gustaban estas cosas, de este centro y sus actividades, los más tradicionales las cuestionaban, incluso algunos la boicoteaban y/o la difamaban. En este periodo también hubo Huelgas Generales y en una de ellas detuvieron a nuestro Manolo y al resto del piquete (un par de compañeros también de este centro), acusados de intento de incendiar un neumático en el puente de entrada al complejo de empresas y fábricas del Pueblo Vallecas, pero la poli que no es tonta le añadió la etiqueta de terrorismo y las sombras del barrio crecieron y crecieron, hasta el punto de ruptura entre los que fuimos solidarios activos con dicho piquete y los detenidos y esa autodenominada izquierda que se apresuró a desentenderse de ellos y proclamar a los cuatro vientos que nada tenían que ver con ellos. Bueno estas cosas pasaban, pasan y pasarán y esta gente no merecen que le dediquemos más tiempo. Lo dicho, dicho está y que cada palo aguante su vela.

En estos calvarios de alzas y bajas del movimiento reivindicativo y popular del barrio, se creó el Ateneo Republicano de Vallecas, donde algunos intentamos recobrar ese espíritu que traíamos como signo de rebeldía cultural y reivindicación social. Producto de esta etapa fueron las paellas republicanas, la fiesta de la Karmela, el dar nombres propios a pequeños rincones de nuestras calles a luchadores/as ejemplares, de toda la vida, los que más sufrieron por no rendirse al franquismo (aquí quiero recordar al compañero Nica, que desgraciadamente nos ha dejado un par de días antes que Manolo). En todas ellas allí estaba nuestro Gallego, sin perderse ni una. También fueron tiempos de charlas, actos, teatro… me viene especialmente a la memoria en este periodo, el equipo de investigación que formamos el Gallego, el Manu y yo, con la colaboración del trinche, de recuperar la memoria y vida de personajes destacables del barrio, comenzamos con el guerrillero Ramón Vías Fernández (con la idea de terminar con él y empezar con otro/a) y en esta tarea de años, quedábamos un día a la semana para repartir la búsqueda de datos y referencias mientras a la par ordenábamos y etiquetábamos los libros de la biblioteca del Ateneo y facilitábamos el control de registro de préstamo y entrega.

En una de las muchas crisis económicas de nuestro país y las consecuentes políticas de derechas que siempre se ceban en las mismas personas y en los barrios obreros como el nuestro, montamos unas reuniones de afectados por la sobreexplotación capitalista que desembocó en la creación de una organización del mismo nombre que su lema: Vallekas por la huelga general, que colaboró en la convocatoria de dicha huelga, en su concienciación, organización y desarrollo y éxito en el barrio. A las propuestas de medidas económicas y laborales, siempre se les añadió, las sociales, las de la juventud, las de los jubilados, las feministas, las de la sanidad, educación pública, y sobretodo las antirrepresivas. De ahí también partió la propuesta de las marchas de barrios y pueblos del 22 M. En esta organización, ahora sita en el local de Fontarrón, es donde seguía militando hasta sus últimos días, y de donde también salieron cosas hermosas, acampada de parados, la recogida de alimentos para parados junto a la AAVV, cine fórum, solidaridad con Cataluña, con Euskadi, con los jornaleros andaluces… al ser esta etapa la más reciente, quizás sea también la más conocida.

También vino la detención de Alfon en otra huelga general y montamos un grupito para pedir ayuda-solidaridad a todos los contactos que tuviéramos, y a los contactos de los contactos, haciendo hincapié fuera de nuestras fronteras para romper el silencio informativo de los medios españoles, sobre la represión contra los jóvenes, especialmente en este barrio obrero.

Noches y noches pasamos pegados al ordenador, pidiendo a los contactos traducciones a diferentes idiomas, tanto de las diferentes nacionalidades del estado español (bable incluido) como de otras lenguas, la repuesta no se hacía esperar, y nos llegaban traducciones y más traducciones, en chino, en persa… y contactos de organizaciones obreras donde enviar este humilde SOS, que fue in crescendo: embajadas, parlamentos, sindicatos, aficiones deportivas, plenos municipales, manis y más manis… aquí recuerdo como curiosidad que posteriormente conocí a otro gallego al que le llegaron dichos SOS y que se sumó a su distribución que nos comentó su curiosidad por el tipo de gallego en el que se escribió, y yo ignorante de que existía alguna variedad, más o menos nos comento que era un gallego antiguo, «más cultivado» y en desuso, ese era el gallego que usaba nuestro amigo Manolo.

Nunca faltó a su pequeña escuela vallekana de marxismo, comunista convencido y declarado, sin partido y que siempre le acompaño el anarquismo en su corazón. Nunca sectario, siempre unitario, pero siempre pensando en lo que se traducía esa unidad… como se gritaba en las manis de antaño: si, si, si, unidad pero para luchar.

No tuvo solo vida en el barrio, también tenía su tertulia de cine en Madrid, su grupo de gallegos y gallegas que intentaban recuperar su cultura, música, textos… y que nos lo ofrecían generosamente a los madrileños que nos pudiera interesar. Tampoco falto nunca a sus visitas a las cárceles a los presos políticos, a esos que se les castigaba alejados de sus familiares y amigos para minimizar el cariño del contacto, muchos miles de kilómetros se ha hecho nuestro Manolo para esos escasos treinta minutos. También le gustaba mucho ir al campo con sus colegas a andar y replantar árboles en compañía de ARBA (grupo ecologista en defensa de los bosques) y un amante del proceso de producción de pequeños documentales de las movidas, o simplemente grabarlas. Otra cosa que le caracterizaba era organizar las mini vacaciones en compañía de sus amigos y amigas, cuantos más mejor. Yo tuve el placer de acompañarle en estas últimas a Bielorrusia.

Su último día en Madrid lo invirtió en ir a la concentración por la libertad de Pablo Hasél y engancharse a la pancarta de madres contra la represión.

Se quedan muchas cosas en el tintero y frente a la tristeza que produce su recuerdo al escribir estas líneas, prefiero superponer la alegría de haber compartido con él muchos de esos días tan entrañables.

Fue sobretodo una buena persona, ansiosa de aprender.

Dejó de acompañar nuestras vidas en un mal accidente de tráfico en una carretera secundaria cercana a su aldea gallega natal, donde también le gustaba acudir, para encontrarse con sus familiares más cercanos, desde aquí también deseamos la pronta recuperación del conductor del otro coche.

Manolo el Gallego y Rafael Flores Sánchez. Tiki autor de la nota.

ENTREGA DE PREMIOS PRIMER CERTAMEN MIGUEL HERNÁNDEZ

GÉNERO: POEMAS

1º PREMIO: CATORCE

AUTOR: JORGE DÍAZ LEZA

Llegaste un día, llegaste.
Lancé mi miedo sombrío
a la hoguera de tus rizos
y se volvió ceniza
inconsistente
que el viento barrió
y dispersó
a nuestros pies.
Porque te abracé.
Porque fue como si en tu cuerpo
también la abrazara a ella,
como si en tus ojos viera
su ilusión sin límites
y aquella vieja sonrisa
de resplandeciente esperanza.
Como si de un abismo
de fosas y cadáveres
su cuerpo emergiera en tu cuerpo
penetrando por tus plantas,
adueñándose de ti,
reviviendo de nuevo
bajo tu carne joven
que cerraba las heridas
de su pecho fusilado.
Y eras tú
y era ella.
Y juntas la perfección
que se completaba:
como cuando el sol
y los campos floridos,
llenan la tierra de cielos estrellados.
Y te besé.
Y tus labios de pronto
me contagiaron de ella.
Y volvía a creer
y a gritar mi rebeldía
de nuevo,
sin temor.
Y volamos de la mano por las calles

2º PREMIO: RETRATO DE GERNIKA

AUTORA: DEBORA PO RODRÍGUEZ

Sobrevuelan los pájaros de acero
sobre los rojos corderos.
La plaza con las entrañas abiertas
es devorada viva
por los gusanos de la muerte y la metralla.
Y en medio de un jardín de venas rotas
y cenizas congeladas
germina una flor con el puño en alto
junto a un árbol de huesos
y miembros amputados.
El tiempo vomito lentamente
sus entrañas.
Y la ciudad se arrancó los ojos
para no ver nada.
Los pájaros con plumas de acero
graznaban dando vueltas
con plomo entre sus picos.
Y sus gritos resonaban
como martillazos de plomo
entre las estrechas avenidas
donde los niños sin rostro corrían
con las manos manchadas de pólvora
buscando a sus madres
sepultadas bajo escombros de huesos
y pieles calcinadas. .
La sangre chorreaba como agua
por ojos rotos de las fachadas.
Dibujando cicatrices eternas
en medio de plaza.
La sangre, era semilla liquida
atravesando como una caliente cuchilla
los corazones que latían
bajo los adoquines.
Y también los pulmones que vomitaban
restos de pólvora
y bocanadas de tierra.
La sangre era un sollozo gris
congelado en un paisaje
en donde los pájaros de acero negro
picoteaban las vísceras aún calientes
del pueblo.
Gernika solloza
su primavera del 37
con las venas abiertas.

ACCESIT
REPÚBLICA
CARLOS CUADRADO GÓMEZ

Descubrir que somos
poetas de la luz
o de la sombra, donde duermen
los fuegos de la noche
y la talla del pétreo desprecio,
sobre el pedestal insomne
del dolor,
nos revela la imagen
de la desesperanza de los huesos
y de la tierra de almendras conmovidas.

Yo quiero flores rojas,
no sangre derramada.

De la paz de los ciegos
del bien, vamos a las nubes
de la blanca aurora emancipada
de soles descarados y negras
veladuras de lágrimas convexas.

La balanza de la voz que sube
de la entraña de las vides,
encarnadas y brillantes, no tiembla
ni estremece su fiel de verdad,
de trigo renovado, de avena
sin espinas.

Yo quiero flores amarillas,
no el oro macilento de una espada.

Y del mármol y el granito de azules alamedas
regresarás con pasos asombrados,
en días de claveles y blancas
amapolas, en vuelos sostenidos
sobre velos de niebla transparente,
para ser entera en tu fractura
y no reptar más sobre el tiempo infinito
de los rotos cristales de la furia.

Yo quiero flores violáceas que revienten,
no la triste malva de la muerte.

GÉNERO: RELATOS

PRIMER PREMIO: VOLVERÁN

AUTOR: GABRIELA CLADERA JAIME

Estaba el maestro ordenando sus  papeles, dispuesto a marcharse, cuando la vio.

Toda de negro.

Apretado el cabello a las sienes, resuelto en el rodete.

Apretados los labios.

Apretada toda ella bajo el dintel de la puerta, una figura oscura y penosa que contrastaba con el luminoso día de verano.

— Mujer, ¿qué hace allí? Pase, Carmen, pase.

— Maestro…

Y sin terminar la frase, sacó de un bolsillo de la falda un sobre.

Al maestro primero se le iluminaron los ojos. «Por fin llegó carta» pensó.

«Ha vuelto a escribir el hijo».

La última carta había sido de febrero.

La última carta era de Teruel.[i]

Sí que la recordaba: De cada línea se escapaba la convicción de la victoria. 

De eso habían pasado ya varios largos meses.

Teruel había caído.

Y ahora la República se jugaba la última baza en el Ebro.[ii]

El maestro tomó la carta, pensando en aquel niño que derramaba los tinteros y sonreía con picardía.

— Carmen, esta carta ya se la he leído…

— Léala maestro, por favor…

Conmovido por el dolor de la mujer, comenzó a leer…

— Mi querida madre…

El hijo apenas mencionaba los pesares de la guerra; preguntaba por los hermanos, por la paga que había enviado, por los amigos del pueblo…

Cuando llegó al párrafo en donde se despedía, descubrió que las lágrimas habían desfigurado las palabras. Apenas podía reconocer alguna letra en ese mar confuso de tinta descolorida

— No se puede leer … -dijo en voz baja…

— ¡Maestro, yo sé lo que ahí dice!

Y comenzó, de memoria, a recitar las últimas líneas:

«Querida madre, pronto estaré a su lado.

En un mundo mejor Madre, porque habremos derrotado a las fieras fascistas que nos quieren ver doblegados.

Sepa Madre que yo estoy aquí por Usted, por mis hermanos, por los hijos que algún día tendré.

Sepa que yo volveré Madre, porque nunca me he ido de su lado.»

El maestro, conteniendo la emoción, devolvió la carta, que cada semana volvería a  llegar  a sus manos.

Cada vez más ajada, cada vez más desdibujada por el dolor materno.

Así la escena se repitió los meses que siguieron.

A fines de diciembre  el maestro supo que debía marchar. Tenía que irse antes de que «ellos» tomarán el pueblo.

Ese día, de camino a la estación, salió la madre a su encuentro.

Lo abrazó.

—Usted, maestro volverá. Volverá con mi Pepe, con el hijo del herrero, con los obreros de la textil.

Volveréis todos, maestro.

El 20 de noviembre de 1975 [iii] la TV anunciaba la muerte del dictador.

En una residencia, una anciana, agitando un sobre amarillento, comenzó a reír y, llena de un alborozo que nunca había sentido en su vida, gritaba-

— ¡Ahora, ahora volverán!

Habían de pasar aún muchos años después de muerta la anciana para que  desde las fosas volvieran los nombres de aquellos que los vencedores habían condenado al olvido.

[i] Capital recuperada y perdida por el Ejército Popular de la República (enero/febrero del 38).

[ii] Batalla decisiva de la Guerra de España.

[iii] Fecha de la muerte de Franco

SEGUNDO PREMIO: SOLO UN PEDAZO DE PLOMO

AUTOR: GUILLERMO MARTÍNEZ SCHREM

Se llevó la mano a la pantorrilla porque notaba un escozor que fue convirtiéndose en algo molesto, aunque sin llegar a niveles de dolor, algo que ya había sufrido en otras ocasiones. Se rascó la pierna y a medida que la iba arañando, le venían a la cabeza algunos hechos, ocurridos hacía tanto tiempo, que ya creía olvidados. De hecho el escozor de la pierna tenía que ver con esos recuerdos. Ese pedazo de metralla que llevaba incrustado, formando parte de la pierna, tenía la culpa de los recuerdos. ¿Cuántos quedaban vivos de aquella contienda? No lo sabía y tampoco quería indagar. De tarde en tarde hablaban de tal y de cual personaje. De que había muerto otro sobreviviente, este con cien años a cuestas y el de más allá rondándolos. Él solo tenía noventa; la guerra le había pillado joven, muy joven.

Ahora la gente enarbolaba banderas tricolores por la calle y llevaba pequeñas insignias metálicas en la solapa. Algunos llevaban gorras con la bandera estampada. Él lo agradecía, sí, era grato ver como el personal se movía reivindicando otro modo de gobierno, esperando que aquello significara otro tipo de vida. Un deseo latente que llegaba desde hacía tiempo, mucho tiempo.

Cogió la tumbona de plástico y la arrastró hasta la terraza, ya no tenía la fuerza de antes y, además, comenzaba a dolerle el pedazo de plomo que descansaba en su pantorrilla. ¿Qué te pasa hoy? Le preguntó. Tantos años conmigo y en silencio y hoy te da por estar revuelto y hacerte el interesante. Y se dejó caer sobre el asiento y se sintió derrotado y se notó viejo y su mirada se perdió en el cielo. Pensó en Aurora, su mujer, fallecida hacía tres años y, en esos momentos, frente al crepúsculo que comenzaba a inundar la cúpula celeste, pensó en una nueva aurora que él ya no iba a poder ver. Se palpó la pierna y se encontró con la mano manchada de sangre. Aquella herida jamás se había cerrado, pero él comenzó a sentirse más vivo a cada momento y el cielo comenzó a volverse rojizo, en unas zonas de un rojo más intenso que en otras y una franja amarillenta comenzó a jugar con esos colores, formando una composición que le era familiar. Sonrió y se dejó envolver por aquel manto tricolor. Cerró los ojos. Cada minuto que pasaba lo hacía sentir más vivo. Apretó el puño y todo fue lejanía, todo fue lejanía, lejanía.

ACCESIT: LA ESPERA

AUTOR: ANTONIO PÁRRAGA GONZÁLEZ

Moveros es conocido por su alfarería, por la romería de la Luz compartida con el vecino pueblo portugués de Constantim y por su pasado como vía de entrada del contrabando durante los años duros de la Posguerra. Su plaza es en realidad un cruce de caminos en forma de i griega. Si se viene de la nacional 122, la que va de Zamora a Alcañices, se deja a mano derecha el Bar 2000, el pequeño pero bien surtido supermercado de José Luís y Mari, y las tiendas de alfarería de Mari Carmen y Paco, hijos de Carmen Prieto Pino, la cacharrera superviviente de las diez censadas en mil novecientos setenta y tres. A mano izquierda, se acurrucan un puñado de casas medio abandonadas, dispuestas en fila india, y orilladas de peñas de granito, a las que se adhieren como pieles domésticas. Ya en la plaza, nos topamos de frente con la zapatería de Pedro, que hace de linde entre la carretera que conduce a la cresta de la raya con Portugal, después de salvar el lecho de un barranco a través un diminuto puente de piedra y la que nos lleva a Brandilanes. Por este lado está la iglesia dedicada a Santa Colomba, arrinconada por unas casas y rodeada por la calle Real, la de más recovecos del pueblo, junto con la calle Vegas.

Como una semana o dos antes del domingo de la Luz, el siguiente más cercano al día de san Marcos, el veinticinco de abril, los vecinos se encontraron con una insólita escena. En el lado de naciente de la plaza se había apostado una mujer frente a un gran lienzo, sostenido por dos caballetes de imponentes dimensiones. Algunos pensaron si se trataba de la pantalla de un cine, aunque les pareció pequeña; otros que si la trasera de un guiñol, como los que antaño ofrecían diversión a rapaces y rapazas a la salida de misa, porque lo parecía; los menos pensaron en un puesto al que todavía le faltaba la exposición del género, más que nada porque no se adivinaban ni cajas, ni estantes donde depositarlo. Pero cual fue la sorpresa, cuando la mujer, que llevaba parte del rostro tapado por una muselina blanca, que le caía de su bien poblada mollera, abrió un baúl de madera, extrayendo de su interior una paleta impoluta, un taburete elevable, unos pinceles y unos tubos de pintura al óleo. Ya tenía en sus manos un par de carboncillos a los que dejaba rodar, impregnando ambas palmas de una tonalidad grisácea en consonancia con el predominante color granítico de las casas.

Y, sin mediar palabra, comenzó a trazar líneas rectas y curvas en el lienzo. Como por arte de magia, asemejando una de las escenas urbanas de Canogar, fueron saliendo de la nada unas formas apenas reconocibles, volúmenes grisáceos, fantasmas envolventes. Dos trazos en diagonal, desde ambas mitades del rectángulo, confluyeron en la vertical y entonces y solo entonces, los más arriesgados se atrevieron a aventurar posibilidades. Mariano, el de Engracia, el que había vuelto de la capital después de darle las autoridades laborales la incapacidad total a causa de una columna vertebral mal engarzada, fue el primero en animarse a formular una escena creíble. Es un “crucificado”, dijo, exactamente con esas palabras, no un crucifijo, o un Cristo en la cruz, o un Descendimiento. Enunció “crucificado” como el que está acostumbrado a tratar con ese tipo iconográfico de manera habitual. La mujer, de ojos llamativos, por lo bien perfilados que los tenía, seguía a lo suyo, haciendo caso omiso de los comentarios, porque una vez que Mariano abrió la veda, fueron otros los que intervinieron. Lucas, el hijo del viejo maestro de Ceadea y ahora jubilado de la Benemérita soltó un “¿y dónde está la cruz?” con una nitidez diáfana. Mientras, en la parte de abajo, la pintora fue sacando de la chistera del pensamiento unos rostros ovalados en diferentes posiciones. Unos se miraban, otros se giraban hacia arriba, hacia el lugar donde confluían las diagonales, los más miraban de frente a los vecinos, que se admiraban de la destreza y el arte de la mujer, cuya barbilla suave y redondeada, dejaba al descubierto un cuello níveo cuando se alzaba, al echar el cuerpo hacia atrás para contemplar la obra, antes de reanudar la tarea.

Al no obtener respuesta Lucas insistió, “no está la cruz, porque no es un crucificado, es el cuadro de una boda y en la parte de arriba están los novios”. A lo que respondió Mariano un tanto indignado, “¿Novios? ¿En la parte de arriba? Muy estrecho me parece. Ahí solo cabe una cabeza”. Damiana, una mujeruca menuda, de caminar bamboleante por la dolor que sufría en la rótula deshecha de su pierna izquierda, les corrigió con un consejo de paciencia: “Por qué no esperáis a que la muchacha termine”. Y es que la mujer, era poco más que una rapaza. El pelo que dejaba entrever la muselina era cobrizo y le caía por la espalda en cascada. Algunos rizos le conformaban por delante un rostro decidido y hermoso, como de virgen de Murillo. Tras marcar perfiles y completar expresiones, se subió al taburete para emborronar la parte superior del lienzo. Como por ensalmo aparecieron nubes algodonosas y azules intensos, y el perfil de una montaña entre la bruma, y un enebral y un riachuelo con melugino fresco y florecillas blancas naciendo de su lecho; y, en el medio, el rostro medio en relieve de una mujer de mirada cristalina y labios apretados.

“¿Lo ves como no era una boda?, cizañó Mariano. “Pues una cruz tampoco”, respondió Lucas, con el ceño fruncido, como el vestido que poco a poco fue cubriendo el cuerpo de la mujer del cuadro. “Es una virgen”, musitó tímida Martina, la chica de los Sastres, la que había estudiado para maestra y se quedó en el pueblo para atender a sus padres, dejando que su vocación durmiera el sueño de los justos. “Es una virgen con su manto protector”, añadió. “La virgen de los navegantes”, soltó Esteban que había hecho la mili en marina, en el crucero España allá por el cuarenta y nueve; de tan mayor la boca le caía sobre el pecho, mientras el labio inferior sostenía en equilibrio imposible un cigarrillo de picadura milenario.

En la parte inferior, junto a los rostros y cuerpos de personas, varones y hembras, jóvenes y ancianos, fueron brotando hoces y guadañas, yugos, horcas, palas, llaves inglesas y martillos, buriles, sierras, limas, brochas y paletas, espuertas, ovejas y patos, conejos, gallinas y corrales y pesebres. “¡Un nacimiento… es un nacimiento!”, exclamó Damiana, la que había recomendado paciencia, guardándose luego el consejo en el bolsillo. Por debajo de las nubes le fue naciendo a la mujer del cuadro un brazo, y de este una mano, y de la mano un objeto metálico, brillante, como si toda la luz del mundo se reflejase en su bruñida superficie. Y del otro brazo caído le creció un mástil, y del mástil una bandera, y en la bandera tres colores, y los ojos de Esteban se llenaron de lágrimas y los de Josué, que lejos de derribar murallas con sus trompetas, destripaba terrones con esmero, sacando al barro de la tierra para convertirlo en recipientes de infinitas formas. Lágrimas de sal rezumando de las tripas, de la rabia de un pasado de opresión y de una más reciente democracia incompleta. Le faltaba que la dama del lienzo cobrara vida. Y gritaron pidiendo su vuelta. Los más jóvenes, asustados, se volvieron, no entendían; el espectáculo estaba a punto de terminar y no eran capaces de adivinar qué estaba surgiendo ante sus sentidos, porque no lo solo la vista les fascinaba, también los olores puros y los sabores a tierra. Y Esteban, que era el más viejo soltó naciéndole de muy adentro, al tiempo que señalaba uno de los rostros de la parte inferior del lienzo: “Ese… ese es el tío Vico… y aquella, la Casilda… y ese otro Ulpiano el que era el alcalde cuando…”, le contuvieron las lágrimas. A todos ellos se los había llevado la riada de la muerte negra y azul, la de la envidia y el odio, la del despecho, la de la irracionalidad más salvaje. Por encima de su llanto se alzó majestuosa la voz de Damiana, la mujeruca, como si le hubiera recrecido el cuerpo. “¡Mirad la balanza en su mano derecha, mirad cómo brilla, majestuosa. Es la balanza de la justicia, de la verdad!”; la garganta se le cerró de la emoción, pero aún tuvo fuerzas para añadir: “¡Es mi República, nuestra República! ¡Y la bandera, la tricolor, la de la libertad, la de la igualdad, la que aventa el mal de la perfidia de los seres humanos!”. Y quedaron tan absortos en el cuadro que no vieron a la pintora recoger sus bártulos, esconderlos bajo el brazo y sonreír mientras desfilaba calle arriba. Tampoco se dieron cuenta de que su rostro era el mismo del lienzo y que su figura se evaporó a la altura del alfar de Mari Carmen. “Hoy es catorce de abril. El día de la República”, concluyó Lucas, el más joven de los mayores allí reunidos. La fecha le sonaba de lejos, de haberla oído a escondidas, como si del demonio se tratase. Y ahora estaba ahí, inundando la plaza con su luz.

 

A TODOS LOS PARTICIPANTES ENHORABUENA POR DARLE SENTIDO A ESTE PRIMER ESFUERZO DE CREAR UN ESPACIO CULTURAL Y DE CREACIÓN LITERARIA. ENHORABUENA A LOS GANADORES Y A TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE HAN PARTICIPADO DESINTERESADAMENTE PORQUE ESTE PROYECTO LLEGUE A BUEN PUERTO. EN ESPECIAL A ÁNGEL REJAS Y A LUIS GIMENO.

NOS VOLVEREMOS A VER EN EL SEGUNDO CERTAMEN MIGUEL HERNÁNDEZ !!